Se diferencia de otros palos en que, además de los pasos característicos, introduce el silencio, que es la parte que corresponde al toque melódico en tono menor de la guitarra, compuesto de paseíllos y marcajes, y que termina con una llamada.
Desde los tiempos de los cafés cantantes, donde las bailaban Juana La Macarrona, La Malena, Fernanda Antúnez, La Mejorana y Gabriela Ortega entre otras grandes bailaoras, hasta la actualidad, es un estilo casi obligado en todos los repertorios.
Tanto en el cante como en el baile, su compás es idéntico a la soleá, aunque más aligerado, proporcionándole su toque un aire más vivo.
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